Hoy salí, aunque sea un rato. Lo más divertido del día es que nos encontramos a Simon Leviev (?) en Palermo, quien nos pidió indicaciones en inglés con su traductor de hebreo a español (sí, un quilombo). Ahí me di cuenta que no estoy tan mal con el inglés, porque me entendió. Bah, nos entendió. Antes habíamos ido a comer a una confitería / cafetería y me pedí un Ice Mocca con una medialuna de jamón y queso que estaba riquísima. El lugar era chiquito pero la comida muy rica. Después, cuando llegué a casa, toda mi cabeza empezó a pensar todo en inglés, inventaba toda una conversación y no pude dormir. Quise dormir la siesta pero no hubo chance. Ahora estoy acá, escribiendo esto antes de que me olvide lo que hice hoy.